Alarma por la deuda disparada de España: el FMI prevé subidas de tipos más agresivas
El Fondo Monetario Internacional, más allá de recortar la previsión de crecimiento para España al 4,8% -la segunda rebaja que aplica al país en el último par de meses-, lanzó un mensaje preocupante para naciones con elevada deuda: «está aumentando el riesgo de que las expectativas de inflación se desvíen de los objetivos de inflación de los bancos centrales, provocando un endurecimiento de la política monetaria más agresivo».
Eso supone que tanto la Reserva Federal estadounidense como el Banco Central Europeo podrían subir los tipos más rápido de lo previsto. En el caso de la Fed, ya se descuentan hasta seis incrementos a lo largo de 2022, mientras que el BCE confirmó la semana pasada que pondrá fin a su programa de compra de activos en el tercer trimestre. Esta política de compras posibilitó durante la pandemia una financiación asumible para España. Eso ahora cambiará y los analistas de los principales bancos internacionales pronostican hasta dos alzas de tipos por parte del BCE durante el presente ejercicio, principalmente en el cuarto trimestre.
El problema en parte será el mayor coste de la deuda pública de España, que en 2021 creció el 6,1% hasta 1,43 billones de euros, el 118,4% del Producto Interior Bruto. Y además, la tendencia de endurecimiento monetario podría acelerarse si la inflación sigue siendo alta. Pero la otra consecuencia será una ralentización del crecimiento.
«Una deuda grande en sí mismo no es un problema si tienes capacidad suficiente de crecimiento para hacer frente a esa deuda. La cuestión es que al subir el tipo de interés, la capacidad de crecimiento evidentemente se va a frenar y, por tanto, la capacidad para hacer frente a la deuda también, más allá de que la deuda sea más cara, las hipotecas de las familias, por ejemplo», explica Gloria Claudio, profesora de economía de la Universidad Francisco de Vitoria. «Y el crecimiento todavía no es suficiente para salir de todo lo que veníamos».
El resultado también será una menor creación de empleo, comenta. «Sin duda, vamos a ser un país más vulnerable», vaticina esta experta.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha acentuado las conmociones en la cadena de suministro en la economía mundial, ya que el segundo es un importante proveedor de petróleo, gas y metales, y el primero, de maíz y trigo. La restricción del abastecimiento de estas materias primas han propiciado un rebote acusado de los precios, constató el Fondo el martes. Muchos hogares con rentas bajas en todo el mundo sufrirán y la inflación persistirá durante más tiempo de lo anticipado. El FMI prevé que la tasa de inflación alcanzará el 7,7% en Estados Unidos este año y el 5,3% en la eurozona. En España, pronostica un 5,3% este ejercicio y un 1,3% el que viene.
«En términos más generales, una escalada de la guerra, aunque sea principalmente una tragedia humanitaria, perturbaría aún más la economía mundial a través de su impacto en los precios de las materias primas, los flujos comerciales y los mercados financieros, además de tener el potencial de causar un shock de confianza», resume la firma Federated Hermes.